miércoles, 26 de diciembre de 2007

Juan Cabandié

Este joven es el “nieto recuperado” número no sé cuánto.
En las últimas elecciones integró una de las colectoras kirchneristas y fue elegido legislador porteño/diputado de la ciudad/ex concejal/cómo carajo se llame.
Resulta que este muchacho fue uno de los aportantes en blanco para financiar la campaña del derrotado candidato Filmus. Sacó de su bolsillo 10 lucardas y taca taca las sumó a las que habían puesto Elvio Vitali, Juan Manuel Abal Medina, Silvia La Ruffa; el Jefe de Gabinete de Scioli, Alberto Pérez; María Laura Leguizamón y un largo etcétera que totaliza más de tres millones de mangos.
Me pregunto cómo ha hecho este joven, que apenas ronda los 30 años y que ha tenido una vida tan trágica, para consolidar un patrimonio que le permita donar semejante suma a tal causa. Y me pregunto también si en realidad no fue una forma de comprar su banca, o de ingresar en el círculo virtuoso de los que trabajan de políticos y viven por décadas del sueldo generoso que ellos mismos se otorgan.
De paso, encuentro entre los aportantes a la campaña de Telerman a Enrique Nosiglia, que apenas gatilló una luca, y a Emiliano Yacobitti, capanga de la Juventud Radical, que en su corta vida juntó tanta guita como para desprenderse sin hesitar de 16.000 pesos con el fin de apoyar al candidato judeo-afrancesado.
Por lo demás, el límite para los gastos de campaña era de 2.058.984 pesos. Macri y Filmus superaron los tres millones; Telerman, en cambio, excedió el límite por apenas 105.000 pesos. De todas formas, el 29 de noviembre de 2007, antes del recambio de autoridades, macristas, kirchneristas y telermanistas votaron a favor de una amnistía que liberó de responsabilidades a quienes cometieron irregularidades en el financiamiento de su campaña.

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