lunes, 28 de febrero de 2011

Laberinto

Obsesionadx por esta pared, me olvido de que el laberinto tiene otras paredes más allá. Ni qué decir de la posibilidad de creer que logré salir, porque no veo más paredes ni pasadizos ni encerronas, sin darme cuenta de que el laberinto continúa fuera del alcance de mi vista.
Igual, no quería hablar de eso ahora.
Ahora quiero decir que si no se sale por la salida, no necesariamente la única alternativa para escapar sea tratar de hacerlo por arriba. Capaz que es por abajo, o a través de las paredes.
Capaz que pienso esto al borde de la extenuación y el abandono, cuando uno decide que ya pasó el tiempo de confiar en que llegarán la lucidez, la fuerza o la Ariadna necesarias para salir. Cuando da lo mismo que se rompa la pared o que se rompa unx.
Cuando la pulsión por cambiar algo lo cambia en el único sentido que puede cambiarlo: para peor. Porque la frase célebre dice que es absurdo esperar resultados diferentes si unx sigue haciendo lo mismo, pero no dice que haciendo algo diferente vaya a pasar algo distinto. Mucho menos algo bueno.
O capaz que de algunos laberintos no se sale. –> Es lo que hasta ahora me dice la experiencia.

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