martes, 29 de enero de 2008

Solipsismo al cuadrado

http://nosoportoalagente.blogspot.com

Que empieces bien el año

Tumefacto, purulento, deforme, infectado, afiebrado, llagado, monstruoso, medieval, descompuesto, minusválido, enfermo, sucio, graneado, maloliente, desmayado, tembloroso, desfigurado, brotado, fotofóbico, estigmatizado.
Infectocontagioso.

Gente que sobra

El fragmento que sigue está tomado del blog de Leonor Silvestri (más datos, abajo), y lo rescato, apabullado por la contundencia de su prosa tanto como por su posibilidad de ver lo que a diario no vemos aun cuando lo tenemos delante de los ojos.
(También, como excusa para agradecer el poema y su traducción con que me convidó en este espacio, desvirgando de comentarios mi blog).
Por lo demás, esta gente que sobra pertenece a ese 20 o 30 por ciento de la población que, según Beatriz Sarlo, está afuera y para siempre de cualquier posibilidad de ser persona. Esos que de pronto explotaron ante/en los ojos de la clase media repentinamente concientizada en 2001-2002 y siguen afuera porque no pueden no estar afuera, porque carecen del stock de recursos que les permita una integración laboral, social, personal, humana…
Esos mismos que nuevamente son una imagen molesta para la clase media recompuesta, que quiere quitárselos de encima, que no los ve como no oye el ruido de sus aires acondicionados. ¡Que vayan a cartonear a donde descargan los camiones de basura, no en la ciudad!
Esos mismos que no pueden ser erradicados de la ciudad no solo por la imposibilidad de tapar el sol con la mano, sino porque su presencia funciona como recordatorio para los demás/nosotros de dónde podés/podemos terminar… Ahí, al margen.
Tal vez sea eso lo que más molesta de ellos, que no dejan de hacernos ver lo que –ya– no queremos ver.
Por lo demás, pretender que uno haga o diga algo cuando carece de los recursos para hacerlo (porque nunca lo vio o no sabe cómo, o no puede saberlo, o no tiene el config.sys para hacerlo) es de pelotudos. Y condenar por no hacerlo (“no te querés ayudar”), de miserables.
Digámoslo (direlo): a mi modo, yo también sobro.
(Yo también me siento afuera y para siempre).


La autonomía de la sujeta
http://leomiau76.blogspot.com/2007/11/la-autonoma-de-la-sujeta.html

Mariela tiene 26 años, pero, si la vieras, pensarías que por lo menos ronda los 40. Flaquita, sucia, con la espalda encorvada, el pelo atado, su estampa toda visibiliza las marcas indelebles de una vida cruel. Aunque hoy no lleva puestos tantos moretones, su cara tiene tatuada indeleblemente la violencia extrema: ni el cachetazo a mano abierta, ni la toalla mojada con la que se les pega a las mujeres en situación de prostitución cuyos cuerpos aún conservan valor en el mercado. En cambio, golpes de puño cerrado, como un hierro candente, sobre sus pómulos, párpados y labios le han esculpido un nuevo rostro en una mueca eterna de desfigurado espanto.
Ignoro si Mariela ha tenido alguna vez un orgasmo, si sabe lo bien que se siente que le chupen la concha, si alguna vez sintió placer al coger. Lo que sí sé es que un médico caritativo le ligó las trompas con tan solo tres hijos, antes de los usuales 5 de rigor que los profesionales de la salud obligan a las mujeres en estas situaciones a parir para garantizar que su maternidad se vea realizada.
(…) Duermen sobre colchones, y sus fuerzas, las de ambos, no han logrado reunirse siquiera para juntar dos chapas y hacer un techo: cuando llueve, se quedan bajo el ombú, mojándose. Y que quede aclarado, no se trata acá de alguien que no ha alcanzado aún la tendencia y vive en la retaguardia, pero es susceptible, con prácticas activas, de ser persuadida, sino una persona que ha descendido a un abismo del cual la buena voluntad verbal no la va a sacar.
Por eso, ¿cuándo se puede afirmar que un ser humano está construido/a psíquicamente como para ser sujeto susceptible de ejercer la propia voluntad? ¿Cómo es que el “hermoso” discurso de la autonomía y la autogestión vino a convertirse en una máquina perfecta que justifique al Estado ultraliberal para no hacerse responsable de las condiciones de vida (o de muerte) que le impuso a ciertos individuos en situaciones extremas? ¿Se puede seguir pensando que “ella no quiere”, cuando ella ha sido arrojada a un sitio donde las criaturas ya no son nada? Mariela no podrá expresar jamás el deseo de vivir, o la pulsión de autoconservación, que ya no posee, si es que alguna vez la tuvo. ¿Quién se la quitó? ¿El frío y el hambre de la intemperie? ¿Las golpizas diarias, el ultraje sexual reiterado? ¿Fue acaso su familia, cuando ella aún podía llamar así a sus progenitores? ¿O quizás todo el alcohol etílico de la más baja calidad que ingiere para poder sobrellevar esa existencia en un sopor de inconciencia que le permita sentir menos el dolor?
(…) Simplemente me parece que pedirle a esta individua que exprese tan solo un “Ayudame” o un “Sacame de acá” es igual que pedirle a uno de mis gatos que hable. Mariela ha sido convertida en una cosa, sin palabras, sin necesidades, constituida como “no-persona”. Por su parte, el Estado liberal, aludiendo a la autonomía y la voluntad expresa de los sujetos, se escuda para 1) para no gastar un centavo de su plusválico capital en salvaguardar el cuerpo y las vidas de estos individuos, 2) lograr que las personas frecuenten menos el espacio público por miedo o repulsión que personas como Mariela y su familia causa, 3) legitimar el accionar en un discurso de “se lo merece, no quiere hacer nada por ella misma”, que la gente reproduce sin pensar, 4) producir una nueva categoría de individuos no-personas que ya no pueden ser considerados ni humanos, y como tales son tratados por la sociedad toda, hasta el punto de ignorarles el sufrimiento. (…) dejar de fingir y actuar con la misma hipocresía con la que el Estado la trata al exigirle que exprese, verbalmente, o físicamente, una voluntad que ayude a terminar con su calvario, condición que su cuerpo hoy ya no puede sustentar, como única forma de cese de su tortura; que se exprese, tal como lo haría otra mujer, de manera autónoma, libremente, por su propia voluntad, es un dislate. Mariela está imposibilitada de producir no ya por la mera falta de estructura psíquica, innata o producto de su entorno “íntimo”, sino porque ha sido producida así por un sistema conciente de lo que produce y crea y de por qué lo hace. Ella y su silencio, o su expresión auto-destructiva, es el horror que el sistema nos impone a todos como lección, seres abyectos y repelentes que serán abandonados a la malaventura hasta la muerte, no como falla, error o falencia de un sistema a mejorar o en proceso de cambio, sino a conciencia y con un objetivo concreto del poder que ya ni necesita tener un ejército de reserva.

El flujo, el stock y el aumento del consumo

Los constantes aumentos del consumo esconden un dato significativo en el que no suele repararse. No es la pregunta sobre quiénes gastan y la respuesta reveladora de que hay un número considerable de personas fuera del consumo, el crédito, el trabajo en blanco. Lo oculto es que ese consumo se inscribe dentro del concepto de flujo, pero no permite construir o acrecentar el stock.
Los sectores que en su medida participan de la recuperación económica fogonean la deslumbrante locomotora consumista, que incluye ropa berreta y ropa de marca, un MP3 básico y un plasma, en madrugadas a todo shopping y en compras de ocasión en centros de transferencia de pasajeros.
Como se ve, está limitada a bienes de consumo no durables y semidurables, a una droga que provoca satisfacción inmediata, a un dinero que como viene se va. El sueño de la vivienda propia, en cambio, es tan lejano como el de acabarle en la boca a Demi Moore. El plan ideado por el Gobierno fracasó rotundamente, el crédito hipotecario es casi inaccesible, y una vez gastada la plata que se salvó en los colchones, el acceso a la escritura, esto es, a la verdadera movilidad social, a la construcción de un futuro a largo plazo, es virtualmente imposible. Solo estará cerca quien acceda, por ejemplo, a una herencia, o a otra masa crítica de dinero que le permita esquivar los infranqueables obstáculos que depara tal estado de cosas.
Algo así le pasaba a Majo, que había comprado todos los enseres para su casa. Lo único que le faltaba comprar… era la casa. Y ahora, a diferencia de los funestos 90, no podía ahorrar para comprarse la casa porque esta maravillosa economía duhalde/lavagna/kirchnerista que tanto piensa en la gente impide el ahorro, que es devorado por la inflación. Con lo que se refuerza la dinámica del gasto compulsivo, más compulsivo cuanto más demorado estuviera, y la droga de satisfacción inmediata nos mantiene a (casi) todos confortablemente adormecidos mientras se consolida y reproduce la brecha que hay entre los que tienen cosas de verdad y los que compramos chucherías. Aunque sea una notebook.

Un cuchillo y un martillo

Escribo como con un cuchillo y un martillo. Y tengo ganas de escribir símbolos rojos con una ametralladora y balas de punta expansiva.

Futuro cercano

En no mucho tiempo, cada PC, aun las de los cyber, va a tener un lector de huellas digitales con tanta naturalidad como hoy tiene un mouse.
Y para entrar a cada cuenta de mail (o, tal vez, incluso para iniciar sesión) habrá que validarse poniendo el dedito.
(No se quejen, será por nuestra seguridad, para que nadie nos robe la identidad…)
Así, además, podrá rastrearse en tiempo real el lugar físico en que está cada persona; como puede hacerse con el celular, el GPS, el LoJack o, a su modo, con la tarjeta de crédito.
Ese día (más bien, mucho antes, me parece) este blog fenecerá.

Jim Morrison dixit (II)

People are strange when you're a stranger,
faces look ugly when you're alone.
Women seem wicked when you're unwanted,
streets are uneven when you're down.
When you're strange
faces come out of the rain…
When you're strange
no one remembers your name…

Buenos Aires – Londres

Suele comentarse en los medios que Londres es la ciudad con mayor número de cámaras de vigilancia en el mundo y que cada londinense es filmado hasta trescientas veces por día.
Suerte que no estamos en el primer mundo, que no vivimos en una sociedad paranoica, como la inglesa. O que no miramos para arriba con frecuencia…
O que las nosécuántas cámaras de última generación de C5N nos fascinan y refuerzan nuestra percepción de nosotros como espectadores, la cual nos hace olvidar que ahora estamos mirando, pero que en un rato vamos a ser mirados, grabados y, tal vez, televisados en directo.


Sonría, lo estamos cuidando. Es por su seguridad. Y fíjese, que le quedó una miguita en el borde del labio.

Fife & Autogestión

“Cuando el Estado se prepara para matar se hace llamar Patria”.
Aún se halla esa pintada de Fife & Autogestión en una pared de la calle Deán Funes, tapada parcialmente por la instalación de un medidor.
De hecho, Balvanera Sur era un barrio donde solían pintar: “Basta de pornografía: ¡vistan a Cristo, que está en pelotas!”, en la iglesia de Santa Cruz; “Contra la represión sexual, orgasmoterapia”, en la cortada Chile; “No alteres tu mente: la falla está en la realidad”, en un paredón del Ramos.

20 minutos por semana

Me pregunto si con 20 minutos por semana de psicólogo podré mejorar algo de todo esto/mí.
Creo que no.
Pero es gratis. (Y la lengua no se me seca del todo; que ya me traerá quilombos este otro intento de desincomunicarme y tendré que salir como los bomberos… Otra vez…).

¿A qué hora nos vemos, che?

A las 10 de la tarde.

Asignación de recursos

Alguien escribió “Viva Videla” en una pared de la iglesia de Santa Cruz.
Entonces, se asignó custodia policial al lugar, y un rati pasa las horas protegiendo esos muros. Mientras, en el edificio de enfrente entraron chorros, tomaron un departamento, redujeron a los ocupantes y se abocaron a su tarea hasta que el jefe de familia (?) se liberó, los enfrentó y los sacó cagando.
A media cuadra hay una base de la SIDE.

Macri (NO) es peor

Por doquier se encuentran pintadas supérstites de la última campaña municipal con la leyenda “Macri es peor”. No sé si hubo afiches de ese tenor, pero algunas de las pintadas lo sindican como amigo de Menem, otras lo relacionan con Videla, y así ad náuseam.
Los pelotudos (izquierdistas, progresistas, lo que sean) que idearon esa campaña atrasan: en algunos casos, atrasan más de treinta años; en lo estrictamente municipal, cuatro. Ya no asusta a nadie el fantasma de la derecha, de la privatización de la política, de la frivolidad, de la política de laboratorio que comenzó con la presidencia de Boca, del neoliberalismo, de los 90…
Ya la gente vio que los presuntos fantasmas eran sábanas agitadas por la lacra que gobernó la ciudad por años, que vivió de agitar ese fantasma maniqueo –y, sobre todo, del erario– y que bastante poco hizo en cuanto atañe a los intereses y necesidades de los porteños.
“Macri privatiza el poli”. “Macri aumenta el boleto” (!!). “Macri es peor”.
No soporto que me subestimen: Macri no va a privatizar el polideportivo, Macri no tiene poder sobre el precio del boleto (territorio de dos insospechados funcionarios como Jaime y Moreno), Macri no es peor. Macri es igual a los demás (más prolijo, mejor marketineado y con la carismática Gabriela a su lado para poner la jeta cuando las papas quemen).
Ustedes son peores, peores que lo que creen ser (“Con Filmus está la gente que piensa”), peores que lo que dicen ser, tan corruptos y prebendarios como todos, viviendo de la imagen que da la expresión “derechos humanos” y vendiendo humo progre. Después de años de gestión lo único que pueden hacer en orden a seguir agarrados con uñas y dientes a la caja del poder es tomarnos de pelotudos con un eslogan falaz, poco creativo y, a estas alturas, increíble.
Vayan a robar a los caminos. Y no me subestimen. Gracias.

¡Yérguete, Joe!

Erguite, Enrique.

Jim Morrison dixit (I)

Now I’m so alone,
Just looking for a home
In every place I see.

Contaminación visual (II)

También podría hablar del imperceptible parpadeo de la pantalla, que va tallando nuestros ojos, como tallan nuestras cabezas sus contenidos.
Pero no voy a criticar a la tele: yo también soy adicto a esa droga, y la tomo de diversas formas, desde un partido de fútbol americano a Narda Lepes buceando en Grecia; de los Simpson a una peli soft porno de Film Zone, pasando, claro, por el canal de la municipalidad y alguna ficción en forma de noticiero.
En este sentido, extraño a la CNN y a la BCC.

Claudicación

Recordaba cuando las Madres pedían que en sus actos y sus marchas no hubiera banderas de partidos políticos.
Ahora son ellas, en sus diversas líneas, y las Abuelas, las que levantan las banderas kirchneristas.
Todos tenemos un precio. (Incluso Hebe).

Nota mental: borrar de mi diccionario la palabra “inclaudicable”.