miércoles, 17 de marzo de 2010

Soy una sombra

que en ciertas noches
te llama
te nombra


(Y sé que lo único que puedo conseguir -¿lo único que busco?- es equilibrar un poco la química de mi cabeza, que los neurotransmisores vinculados con el habla se disparen y que la palabra unidireccional alivie cuanto pueda aliviar).

3 comentarios:

Anónimo dijo...

envuelto en tú carne sin dolor ni aire dándote

Anónimo dijo...

estoy hech+ un dibujo.
a las cinco me desperte,despues de escribirte.Es la hora,es la hora!!!!cantaria Yuya.
Grrrrrrrrrrrrr

Anónimo dijo...

Cada día
me levanto sin nombre,
y en la nuca
una sombra
tenaz, ajena, a filo,
me acusa desde siempre;
y la culpa
total, indescifrable,
entera, me usurpa,
no sé quién soy, me oculto, huyo,
y me pierdo extranjera.
Hasta sentir,
cada noche,
una luz
fiel, entrañable, mansa,
que vuelca desde siempre
río, libélulas, sol, trébol
en mi cabeza más lejana,
y le apoya
alguna, aquella mano;
y cuando empiezo a recordarme,
un ruido sucio, espeso,
de sombra,
se interpone en la nuca
y despierto
sin nombre.